lunes, 2 de julio de 2012


"Que ya te dije que no
Y tus caprichos no acepto,
Aunque me dejes de hablar,
Aunque te sientas molesto,
Aunque me cuelgues la cara,
Y aunque me hagas sentimientos,
No he de darte permiso... Antes te saco cuero.

Tanto dinero he gastado, Tanto celo, tanto empeño...
La primaria, la secundaria, Prepa y curso propedéutico,
tanta hablada de tu parte
Con todos tus compañeros Diciendo...que tu serias Un profesionista bueno,
Que ibas pa' licenciado, O que si no serias... médico,
Contador, militar, cura, Político o ingeniero.

Y hoy que estas como chiflado, O loco te estas volviendo,
Me sales de babosote Con la idea de ser maestro...
Tanto dinero gastado, Tanto afán y tanto empeño,
Tantas felicitaciones De amigos y compañeros...
Para que hoy... con gran cinismo Tu me digas... ya no quiero
Llegar a ser burgués cursi Sino preciado maestro.

¿Qué no te va a dar vergüenza de rebajarte tan feo?
¿Qué no vas a sonrojarte de bajar a tal empleo? ¿maestrito?
¡Qué gran cosa! ¡Qué dignidad! ¡Qué talento! ¡Qué provenir!
¡Qué importancia! ¡Qué prestigio! ¡Qué abolengo!
Maestrito de escuela... un torpe que nada sabe de cierto,
Haragán, irresponsable, Vago, pobre... un majadero.

Maestrito...solo un Don nadie, Un vulgar vago del pueblo,
Que va a organizar plantones, Marchas, huelgas y jaleos.
Un flojo que solo quiere Ganar dinero y dinero
Sin importarle los niños, Ni sentir el magisterio,
Que no venera la patria, hombre ruin politiquero,
pues para el solo es valioso pasarla de mitotero.

Explíqueme... licenciado, Dígame usted... ingeniero,
¿Qué va a enseñarle a los niños? ¿Cómo va a orientar al pueblo?
¿Cómo va a exponer su clase a los niños de primero?
Si usted no sabe contar, Ni jugar, ni está contento,
Ni sabe del trato amable, Y menos contar un cuento,
Y solo sabe vestirse Mas o menos...de cirquero.

Muy sabiondo el hombrecito, ¡qué ni quebrados ni enteros,
decimales ni nada sabe el Señor embustero!
Así que... ya dije que no!¡! Y no me siga moliendo...
Qué normal ni que normal... No quiero que seas maestro!
¡! Antes te llevo al ejido Pa' que seas jornalero,
Pa' que el sol te de en el lomo, Y te pongas fuerte y prieto.

Así me dijo mi padre, Y yo que mucho loo quiero,
Bajé la frente y salí Diciéndole... estoy de acuerdo,
Yo seré lo que usted diga, En verdad... se lo prometo,
pero ya no esté enojado, pues le hace daño... y me apeno.

Salí a la calle, vagué Por las calles y los huertos,
Por al jardín, la placita, Por la iglesia y el colegio...
Miré a los peones cansados, Sudorosos, sin aliento,
Poniendo sobre un papel Solo la huella del dedo,
Vi a las mujeres descalzas Cargando leña del cerro,
Vi a los niños, muchos niños Jugar en los basureros.
Recogí desesperado A esa gente de mi pueblo,
A esas gentes sin fortuna Sin redención, sin consuelo,
Los metí en mi corazón, En mi entraña, en mi cerebro,
Les di patria en mi conciencia Y me confundí con ellos.
Allí frente aquellos niños Frente a esos enfermos,
Pensé que eran angelitos despreciados por el cielo.

Miré que no tenían alas, Los mire casi sin cuerpo,
Ángeles sin un hogar, Sin Dios y sin consuelo.
Y pensé... si me aferrara a ser licenciado o médico contador,
conferencista, sacerdote o ingeniero,
¿Cómo podría despertar la conciencia de mi pueblo?
¿Qué les favorecería que yo lograra alto empleo si ni justicia, ni amor, ni palabras de consuelo podría darles y ofrecerles para calmar su tormento?

Entonces volví a mi hogar, Todo lo tenia resuelto,
Llamé a mi padre y le dije: Yo a usted mucho lo respeto...
Comprendo sus sacrificios, Se de sus ansias y sus sueños,
Pero hoy... quiero que me escuhe Por favor, solo un... solo un momento:
Si quiere que sea feliz Y desea que sirva al pueblo,
Si quiere que colabore Para mejorar a México,
Si usted quiere que mi vida la dedique a lo que quiero,
luchando por la igualdad, por la ciencia y el progreso...
deje que yo tenga la profesión con que sueño ,
deje que yo sea feliz con mis niños sin colegio.

Deje que mi vocación Se torne clase y recreo,
Que sea lección de cariño, Que sea canto que sea verso,
Que pueda yo se lucero Con la luz del alfabeto,
Que pueda ser manantial, Que sacie la sed del pueblo.

Déjeme sufrir... luchar, Déjeme vivir con ellos,
Para lograr educarlos, Para construir un colegio,
Déjeme... que luche... Deme permiso, le ruego,
Para sembrar esperanzas, Para apuntalar anhelos,
Deje que forme una escuela, Escuela a los cuatro vientos,
Escuela de libertades Donde haya luz y contento.

Deme permiso papá... Que sea un maestrito de pueblo,
Que marque programas justos, Que trace caminos nuevos,
Deje que siembre la mies Deje que se propicie el vuelo
De esa águila que parece No tener alas ni aliento.
Deje que escuche mi voz El militar, el gobierno,
El sacerdote, el artista, El paria y el jornalero.

Si ya mi hermano es doctor, y el mayor ya es arquitecto
¿por qué no me permite usted que yo me torne maestro;
si ellos en su ingratitud, ya han formado un mundo nuevo,
de explotación, de egoísmo, de lujos y de dinero?
Si de usted se han olvidado, Si ya o vienen al pueblo,
Y en su situación burguesa Gratitud y amor han muerto
Si ellos saben que aquí, en casa Hay pobreza y hay apremios,
Porque ni por caridad, Lo atienden cuando esta enfermo...
Mi padre que do pensando, Silencio guardo un momento,
Luego... me abrazó y me dijo. Si, muchacho... te comprendo
Vete a luchar, hijo mío. Yo esperaré tu regreso,
Sabiendo que traerás cosas Logradas con Fe y Empeño.

Cuando vuelvas, hijo mío Vamos a estar muy contentos,
Y se llenara la casa, Con tu amor y tus pequeños,
Si aquí no me encuentras ya, Se que tendrás el consuelo
De regresar a tu pueblo, Yo se que vendrás a verme,
Y querrás con toda tu alma, Enseñarme el alfabeto.
Mas si aquí no me encontraras, Ve a buscarme al campo santo,
Y allí solitos los dos Envueltos en el silencio, Me dirás de tus afanes,
De tus luchas y proyectos, De tus sencillas tareas
De tu honor y de tus éxitos. No me traigas flores, hijo,
Yo se que no las merezco, Ni cruz, ni ceras, ni nada,
Solo quiero tu recuerdo. Anda, hijo mío... vete, vete ya,
México espera tu esfuerzo, Te espera el hombre ignorante
Y los niños macilentos, Yo aquí me quedo esperando
Con orgullo verdadero, Porque se que cumplirás
Ser prestigiado maestro. Anda hijo mío... vete ya,
Que si de momento muero, Con orgullo gritaré:

MI HIJO.... ¡ES MAESTRITO DE PUEBLO!